Niños con trastornos del habla severos.

Esto puede deberse a patologías del desarrollo.durante el embarazo o lesiones en el parto, defectos de nacimiento, maloclusión, lesiones en la cabeza. Además, la aparición de trastornos está influenciada por enfermedades infecciosas graves sufridas y problemas con la formación de la psique del niño. Los niños tienen tendencia a imitar a los adultos que les rodean, por lo que si alguien de la familia tiene problemas del habla, es posible que el niño también los tenga.niños con trastornos del habla severosLos niños con trastornos del habla severos paraLa recuperación es importante en un ambiente familiar cálido. Foto: Getty Estas violaciones deben detectarse lo antes posible y deben tomarse medidas para eliminarlas. La ayuda de psiquiatras, logopedas, patólogos está involucrada en esto. En el caso de trastornos del habla severos, la capacitación en una escuela secundaria regular será difícil e inefectiva. Los niños son muy limitados en la comunicación, tienen un vocabulario mínimo y algunos no hablan en absoluto. Para los niños con tales defectos, hay guarderías especiales y escuelas.

Características de la realización de clases de formación y desarrollo.

Debido a problemas del habla, el niño puede tenerretraso mental, pero esto no indica retraso intelectual. Como resultado de la imposibilidad de una interacción normal con el profesor, surgen problemas para comprender el plan de estudios. Estos niños suelen ser retraídos, inseguros de sí mismos y pueden desarrollar una actitud negativa hacia la realidad, tendencia a sufrir crisis nerviosas, letargo y apatía. Además de las clases con profesores y médicos, el ambiente familiar es muy importante para el tratamiento. Es necesario encontrar un estrecho contacto emocional con el niño, apoyarlo por sus esfuerzos y elogiarlo por sus éxitos. Pero no hay necesidad de mimarlo y sentir lástima por él o, por el contrario, regañarlo por su peculiaridad, reprocharle o dar ejemplo a los demás – Esto acabará por completo con su autoestima. El niño siempre debe tener una rutina, no sólo durante el tratamiento, sino también después del mismo. Las siestas diurnas son obligatorias. No debería pasar mucho tiempo frente a la computadora o mirando televisión – esto cansa y deprime la psique y, por lo tanto, reduce las posibilidades de una pronta recuperación. Los padres deben controlar su comportamiento y sus palabras, no asustar al bebé y no dejarlo solo en una habitación oscura.

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