Foto:Getty Images Debes empezar a cepillar los dientes de tu hijo exactamente cuando aparecen en la boca. Los orgullosos propietarios de un solo diente pueden tomar las medidas necesarias de higiene bucal a la edad de 5 a 6 meses, o incluso antes. Para que se produzca caries solo bastan dos factores: la presencia de placa y la falta de acción para eliminarla, por ello, durante los primeros tres años de vida de un niño, el cuidado dental es mayoritariamente tarea de los padres. Y más adelante, no será superfluo controlar la calidad de la limpieza de los dientes; de lo contrario, los problemas con los dientes de los niños seguirán superándolo. Si un niño se queja de dolor de muelas, sepa que ya llega tarde a una visita al dentista. Las visitas preventivas al médico traerán muchos más beneficios que un diagnóstico factual de "pulpitis". Además, una buena relación con el dentista es la clave para evitar el miedo en el caso de que aún sea necesaria una intervención médica. La apariencia de los dientes puede engañar, por lo que los dentistas recomiendan visitarlos con regularidad, o mejor dicho, al menos una vez cada cuatro o seis meses. Existe un mito entre los padres que hace temblar a un dentista pediátrico experimentado: supuestamente alguien una vez le dijo a alguien que no hay necesidad de ningún tratamiento, que de todos modos se caerá. Esta información no sólo es incorrecta, sino también extremadamente peligrosa para la salud de su hijo. De hecho, los dientes de leche, al igual que los molares, tienen raíces y nervios, lo que significa que pueden causar dolor e incluso colapsar por completo. El bebé recibe un juego completo de primeros dientes alrededor de los dos años, y el cambio de dientes de leche a molares termina a los dos años. la edad de unos 12 años. Es fácil calcular cuánto tiempo la caries adquirida a los tres años destruirá, por ejemplo, los dientes de mascar, que son los últimos en ser reemplazados, sin tratamiento. Esté de acuerdo en que condenar deliberadamente a su hijo a ese sufrimiento es simplemente monstruoso. Pero poner un relleno ahora es tan fácil como pelar peras. En odontología, reproducen dibujos animados para los pacientes jóvenes, los distraen con juguetes y hacen todo lo posible para facilitar el proceso de tratamiento. Lea también:

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